El día que trabajé para Briggite Baptiste

En California Santander

Quiero empezar contándoles lo emocionada y orgullosa que me siento con este proyecto. Ha sido una experiencia increíble que ha fluido de maravilla a lo largo de este año. A veces uno se pregunta si será capaz de enfrentar desafíos como este, pero gracias a la invitación de mi querida amiga Jessica Peña, quien también es diseñadora industrial y con quien estudié en la universidad, tuve la oportunidad de participar en este proyecto a principios de 2023, a pesar de tener cero experiencia en el tema.

Jessi me contó todo lo que han estado desarrollando desde la universidad EAN en Bogotá, en colaboración con la comunidad en California-Santander. Los procesos de construcción de confianza con la comunidad han enfrentado desafíos debido a la intensa explotación de tierras en la zona, que es rica en oro. Una de las empresas que realiza la explotación está trabajando en establecer esa confianza con la comunidad, pero es un proceso complicado. Han llevado a cabo diversas capacitaciones sobre sostenibilidad con líderes locales, y me invitaron a formar parte del cierre de ese proyecto, aunque admito que no sabía mucho sobre el tema.

El objetivo de la actividad era conectarnos con nuestra creatividad a través de la creación de un mosaico, utilizando baldosas de cerámica. El mosaico sería una construcción colectiva que representaría un árbol, más precisamente, el árbol emblemático de la región de Soto Norte, donde se encuentran California, Suaita y otros municipios de Santander. Este árbol es conocido como el árbol Siete Cueros, y es majestuoso en su copa, con un tronco grueso, raíces fuertes y muchas flores hermosas en plena floración. Esa fue nuestra inspiración para el taller de mosaico, pero no sabía que el desafío sería trabajar con aproximadamente 80 personas en un solo día ¡80!

Comenzamos el proyecto sentados alrededor de la mesa con varios líderes y especialistas en diferentes áreas. Había expertos en política, manejo de personas, coaching, energía, desarrollo y educación. En mi papel como artista, nos propusimos explorar cómo la creatividad individual impacta en la construcción colectiva y cómo manejar las imperfecciones que surgen en los procesos de construcción sostenible.

¿Les mencioné que seríamos alrededor de 80 personas? Creo que sí, y dos veces, pero resulta que al final del día, estuvimos con un grupo de 54 personas, pero eso no quita el haber entrado en pánico cuando me enteré de la noticia, porque no es algo muy común en mi vida, fuera de talleres, trabajo con un máximo de 16 a 20 personas y cuento con el apoyo de mi equipo. Pero en este caso, debía hacerlo sola, junto con el resto del equipo del proyecto de la EAN, en un solo día, en el pueblo de California-Santander. Fue un desafío enorme no tener a mi equipo a mi lado.

Normalmente, desarrollamos piezas y productos que podemos terminar en un lapso de tiempo de 2 a 3 horas. Pero aquí estábamos comenzando la construcción de un gran mosaico que quedaría para la comunidad. No solo debía transmitir enseñanzas y relaciones significativas en el proceso, también tenía que ser un producto adecuado, funcional y estéticamente agradable y este es un dilema constante al ser diseñadora, docente, ceramista y artesana. El diseño industrial y la artesanía son dos aspectos que coexisten en mi trabajo, sin embargo, fue una experiencia maravillosa llevar adelante este proceso de la mano de Brigitte.

Fue una fecha especial, el 1 de febrero de 2023, viajamos desde Bucaramanga, la mayoría del equipo ya había llegado al aeropuerto desde Bogotá y nos reunimos para comenzar nuestra aventura. Desde Bucaramanga, llevé todos los materiales necesarios desde SUMO, mi taller de cerámica, súper listos y preparados para desarrollar el mosaico. Tenía mucha expectativa al respecto, sabía que me encontraría con Brigitte, quien es la directora de la universidad y estaría involucrada en todo el proceso con la comunidad ese día, también tenía grandes expectativas sobre lo que iba a suceder y en el impacto que tendríamos con la comunidad.

Cuando llegó la noche del primer día, hicimos una visita para reconocer el lugar donde íbamos a llevar a cabo el proyecto. Yo imaginaba que sería en la casa de la cultura, la alcaldía, la escuela o en la calle principal…Pero para mi sorpresa, el proyecto se iba a desarrollar en la discoteca más grande de California-Santander, llamada La Mentirosa.

Esa noche, Brigitte nos invitó a tomar unas cervezas y nos sumergimos en un ambiente muy agradable para trabajar. Así es como se llevan a cabo los proyectos, ¿Verdad?

¿Cómo nos organizamos en esta aventura?

El proyecto se centraba en las raíces, el arte y la construcción social. Brigitte y su equipo habían estado trabajando con la comunidad en diversos frentes, especialmente en el tema de la sostenibilidad en la educación, aplicado específicamente a comunidades locales. Nuestro trabajo consistió en fortalecer las competencias relacionadas con el desarrollo de proyectos en equipo y la construcción social.

Llegó el día del evento, el 2 de febrero, y desde muy temprano y súper juiciosos, estábamos listos para recibir el espacio y organizar todo, Brigitte fue la encargada de dar la introducción al evento. Teníamos suficientes mesas y sillas para trabajar con todas las personas que iban a participar. Organizamos nueve grupos y distribuimos todos los materiales necesarios mientras se realizaba la primera parte de la actividad, donde se presentaban algunos resultados de los procesos que ya se habían desarrollado.

Al final, se logró una representación conjunta de la provincia de Soto Norte, fue como un rompecabezas en el que cada grupo armaba una de las partes, algo realmente interesante. Contamos con la participación de personas de los municipios de Matanza, California, Suratá y Bucaramanga y toda la actividad fue patrocinada por una de las empresas que realiza procesos de explotación en la zona.

Al comienzo, se presentaron los resultados de las diversas soluciones del proyecto, enfocándonos en temas de inclusión y socialización. Brigitte tuvo una intervención destacada, explicando los resultados y todo el proceso relacionado con la sostenibilidad en la zona, y nos ayudó a entender la relación entre todos los actores del sistema.

Durante la primera parte del evento, donde todos compartían los resultados iniciales, me dediqué a organizar el material y las piezas que formarían las composiciones. Por supuesto, también hice una ilustración rápida del posible árbol, para dar una idea de cómo podríamos desarrollar la forma sin imponer a la gente nuestra visión perfecta, ya que se trataba de una construcción colectiva. Si para ellos el tronco no era marrón sino verde, si el cielo no era blanco sino celeste, si el corazón no era rojo sino amarillo ¡iBenvenido sea! Incluso, si el corazón no tenía forma de corazón, sino cualquier otra forma ¡Maravilloso! Cada uno era libre de hacer sus representaciones.

Afortunadamente, la suerte siempre me acompaña y aunque no contaba con mi equipo de trabajo ese día, encontré personas amables y dispuestas a ayudar. Fueron como ángeles enviados por la vida. Una señora en particular me brindó su apoyo y juntas organizamos todos los azulejos, que ya sumaban millones, para tenerlos listos cuando llegara el momento del evento.

Luego, alrededor de las 10 de la mañana, comenzamos el proceso de co-creación artística. Nosotros, desde SUMO, nos convertimos en artistas para llevar a cabo la actividad llamada «Raíces, Arte y Construcción Social», donde desarrollaríamos el mosaico.

Y así, señores, llegó nuestro momento de brillar. Teníamos los pequeños azulejos cortados y pegamento para todos, todo estaba cuidadosamente organizado para que la actividad fluyera sin problemas ¡Y así fue, todo fluyó divinamente!

Después de una hora y media de trabajo, casi en tiempo récord, cada grupo completó su parte del mosaico. Y déjenme decirles que los resultados fueron increíbles. La gente se sintió totalmente identificada con lo que veían, comprendieron que cada pequeña pieza contribuía a una gran obra, un macro-mosaico. Hubo críticas constructivas, halagos respetuosos y conversaciones entre personas que nunca habían interactuado antes debido a diversas razones. Fue una experiencia maravillosa de co-creación artística y un tema social muy poderoso.

Lo más impactante de todo el proceso fue ver cómo la gente reaccionó de forma increíble al trabajo en equipo. Aquellos que pensaban que no tenían habilidades manuales se esforzaron al máximo por ayudar, se apoyaron mutuamente y al final, incluso, recitaron poesía frente a la obra. Fue impactante para mí, ya que no imaginé que la actividad pudiera conectar tan profundo en la expresión de los sentimientos de todos los participantes.

Comprendí que los problemas de la comunidad se arraigan profundamente y que las personas estaban haciendo un gran esfuerzo por estar allí y manifestar lo que sentían. Fueron momentos hermosos, emociones intensas y sin duda un trabajo colectivo inigualable. Aunque extrañé a mi equipo en todo momento, cuando pedí ayuda a las personas que participaban, me sentí respaldada y tuve un equipo increíble.

Fue realmente gratificante encontrar una comunidad tan dispuesta a participar en proyectos con tanto significado, gracias al liderazgo de Brigitte, siguiendo la filosofía de construcción de territorios sostenibles, creamos este macro-mosaico donde encontramos anomalías, partes que no encajaban y figuras que parecían no relacionarse, pero al final se creó una composición completamente coherente. aseguro que mi emoción es indescriptible.

En conclusión, logramos construir un mosaico que representa la visión conjunta de la provincia de Soto Norte. Los participantes reconocieron sus diferentes visiones y reflexiones, que en conjunto formaron una visión armoniosa. Las palabras clave siempre fueron Esperanza, Paz, Armonía y Riqueza. Así que demos la bienvenida a actividades que nos permitan crear de forma colectiva, bienvenida la cerámica en la vida de aquellos que la conocen y aquellos que no, bienvenidos los procesos de creación que van desde manipular una pequeña pieza imperfecta hasta permitirnos cometer errores, construir, deconstruir, criticar, hacer, deshacer y volver a construir. Siempre que lo hagamos en equipo, los procesos de construcción son más sencillos.

Aprendimos a respetar, a cuidar y a crear, pero sobre todo aprendimos que juntos es más fácil y que la armonía de la sostenibilidad no se construye de la noche a la mañana, ni se construye solo. Los resultados no se ven en un solo día, por eso el patrocinador del evento se encargó de finalizar la obra, aplicando los últimos retoques para que la composición sea completamente homogénea.

Estoy agradecida con Brigitte, por la oportunidad de aportar un poquito a su filosofía de desarrollo sostenible, desde el desarrollo colectivo y creativo en la cerámica.

Aquí les dejo el resultado y en nuestro Instagram, un video que muestra cómo fue ese 2 de febrero ¡Por favor disfrútenlo!

¿Qué tal este tremendo proyecto?

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